La creencia popular de que la música de Mozart aumentaba tu CI comenzó con un estudio en 1993 que popularizó el término “El Efecto Mozart”. La teoría declara que escuchar a Mozart de hecho aumenta tu CI y mejora tus habilidades cognitivas. En años recientes, el estudio ha sido ampliamente descartado, sin embargo, inició una importante conversación acerca del impacto que la música clásica, y la música en general, tiene en nuestro cerebro.
Puesto que el Efecto Mozart se puso de moda, los investigadores han sugerido que los resultados que llevaban a la teoría tienen más que ver con que la música clásica mejora tu estado de ánimo más que tu CI. La realidad es que escuchar música clásica mientras estudias no te hará literalmente más inteligente, pero te hará sentir más positivo y podría tener beneficios para resultados de aprendizaje mejorados. Los estudios también muestran que ayuda a los estudiantes en una variedad de otras formas, tales como mejorar los patrones de sueño, aumentar el sistema inmune y reducir los niveles de estrés.
Una investigación universitaria en Francia, publicada en Diferencias Personales y de Aprendizaje, encontró que los estudiantes que escuchaban una clase de una hora donde se reproducía música clásica de fondo obtuvieron calificaciones significativamente más altas en un cuestionario de opción múltiple relacionado con el contenido de la clase que un grupo de estudiantes académicamente idéntico que escuchó la misma clase sin música clásica.
Los investigadores usaron fragmentos del Tercer Concierto de Brandemburgo, el Cascanueces de Tchaikovsky y Eine Kleine Nachtmusik de Mozart. Especulan que la musica pone a los estudiantes en un estado emocional intensificado, haciéndolos más receptivos a la información.
Investigadores de la Universidad de San Diego encontraron más evidencia de las capacidades de aumento de la emoción de la música, específicamente la música clásica. Examinaron el efecto de escuchar música durante la recuperación cardiovascular. Los participantes que escucharon música clásica tuvieron niveles de presión sanguínea significativamente más bajos que los participantes que no escucharon música. Pero, también encontraron que el género de música importa. Estilos musicales como el jazz y el pop no produjeron una recuperación significativamente mejor que el silencio. Los datos sugieren que escuchar música puede servir para mejorar la recuperación cardiovascular del estrés, aunque el género de música puede importar.
La música de fondo puede también proporcionar motivación para los estudiantes. Durante largas sesiones de estudio, la música puede darle la energía que necesita para continuar. Creando un ambiente y nivel de energía positivos, la música clásica aumenta indirectamente la formación de memoria.
A pesar de los poderes de la música clásica para aumentar la emoción y el estudio, es importante notar que no toda la música clásica es creada igualmente para enfocarse y estudiar. Evitar grandes piezas orquestales, en favor de piezas de piano solista, cuartetos de cuerdas, y música de guitarra es la elección correcta.
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